domingo, 3 de abril de 2016

Alejandra Mendez, como un ave herida en la marea




El poema

Debe dejarse morder/por un hombre casi
como en el silencio.
El afilado cuchillo de la escarcha/llama a la puerta elegida/
entonces: el sentido (sin) de las cosas/llanas hablan
por su cuenta sin decir/nada de la plegaria que atardece
con la sangre. Penetrarán la noche/el frío/en (ti)nieblas.
De allí el vacío y la letra con la daga.
Es como la madera misma del ataúd/que los otros soñaron/
para uno.
Las cuatro esquinas de la cruz/que cargaremos en gozo/
por la calle incorporal.
Se termina/la última palabra/
del último verso/
de la última estrofa.
Todos los días es el fin del mundo.



Encorazonada

Nada al corazón
la sabia
que es sangre
del árbol.

Nada al corazón
la sabia
que es cuerpo
del árbol.

Nada al corazón
la sabia
que es mente
del árbol.




Aquí

Apoyo un pie
a lo niño prematuro
en la tarea.

Tú miras el siguiente
esperando.
(dichosa-desdichada)

Apoyo otro pie
como un ave herida
en la marea.

Aquí estoy,
empezando a caer
entre tus muertos.


Alejandra Mendez
Poemas del libro Tarde Abedul (La pulga renga 2013)



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