Dormiré en una
lengua que me desconoce
me
dormiré contigo
en
el olvidado color de tu ojo
en
tu manera de mover los hombros
como
si te costara
atravesar
el aire
dormiré
con las manos
atadas
para
no traerte quién sabe de qué mundo
o
qué planeta
no
existe el sueño
existen
melodías
y
el pez
existe
la magnolia
y
la obstinada ternura de las cosas
existe
uno
a
medias
en
sí mismo
pequeña
apenas
puedo sostener mi vida en el asedio de tanta milagrura
en
la lentitud del caracol
en
el gorjeo dominical de las palomas
en
el hueco desdentado de la angustia
contigo
no funcionan las magias
no
existe la magia
existe
el crudo olor de la belleza
y
el zumbido y el miedo
la
muerte
la
vida
y
el misterio de ambas
esa
joya encerrada en la mano del verdugo
me
dormiré contigo
en
el color olvidado de tu ojo
hasta
cantar en un lengua que ya no comprendo
y
que se dice en mí
en
el gemido de un tallo que se quiebra
La ganancia de un hombre
he ganado conmigo
la reliquia dudosa
del estremecimiento de la mano rozando el oro de aquello
que se fuga
y he perdido conmigo la majestuosa corona de la espuma
arriba de la ola
la algarabía del bosque y el estruendo de la gota al
estrellarse
pocas cosas gana un hombre
acaso su polvo
pero ya se ha desvanecido para entonces
ni siquiera la materia en que su historia se escribe
pero tú no saldrás de mi amor
hasta que el día reviente su caballo
mientras
cepillaba mis últimos dientes
y
muelas
la
podredumbre de las caries y de los besos muertos
y
las palabras
de
amor que no diré nunca
y
las otras
enraizadas
a lo indecible
y
la noche afuera era un niño
frío
y
caído entre las cosas
un
cabello sobresalía
colgado
de otro cabello
es
lenta la calvicie
me
dije
y
lento
irse
cayendo
entre
muelas
cabellos
fatigas
cotidianidades
tomé
la hebra
frágil
quebradiza
qué
modo de irse despojando
de
uno
pensé
mientras
lo dejaba caer sobre la blancura del lavabo
fue
bajando con una velocidad
asombrosa
hacia
el mármol
una
hebra negra y curvada sobre sí misma
cayendo
verticalmente
una
parte de mí yéndose a estrellar
cayendo
como
un bólido
hacia
un blanco estruendoso
y
deteniéndose
de
un modo abrupto
a
unos milímetros del lavabo
podría
referir
las
conjeturas
la
búsqueda de razones para semejante espectáculo
pero
mi corazón gozaba
de
ver
aquel
cabello
flotando
como
si hilos invisibles
lo
sostuvieran
oh
misterio
oh
dicha de estos oscuros sucesos
para
que el poeta diga que en toda catástrofe hay un milagro
Se parece al
amor
a
Analía Marchesano
la
bombilla de luz
hace
semanas que se apaga y se enciende
o
titila
y
el baño
amenaza
constantemente
con
ser un territorio
en
sombras
da
cierto resquemor
que
el mundo
y
uno mismo
pueda
de
ese modo
quedar
a
oscuras
desaparecer
no
es muy diferente de estar vivo
de
todos modos la bombilla
luego
que parpadea
da
una luz más brillante
más
intensa
entonces
digo que se parece al amor
Bebe.
Le editaron dos libros. También le editaron un libro de
bolsillo. También una edición cartonera en España.
Bebe.
Escribe porque no se dedicó a ser fontanero.
No tiene máximas favoritas.
No
tiene.
A
veces bebe.