martes, 11 de noviembre de 2014

Marcelo Fagiano, de visita hacia aquella esquina de la vida



La casa del recuerdo



Madre, regreso a la casa del recuerdo,
aquella que hace esquina con la vida
y respira en un patio de pino. Te busco,
abro la puerta de tejido y entro
al pequeño comedor; una cocina despliega su esternón
y allí estás de espalda, ataviada de floreado delantal
entre cucharas y sartenes; paso niño a tu lado
corriendo hacia la sala grande, los insectívoros
sillones, con patas de agujas, me sonríen,
doblo despacio hasta mi pieza y sumerjo las manos
en los cofres de la memoria, descubro,
un trompo de madera, un autito de metal,
y un aeroplano de pura felicidad. Luego miro
hacia la ventana abierta de atardeceres: contiene la figura
de mamá regando plantas. Hacia allá voy también,
la paleta del crepúsculo es un regalo que calma.
Ahora viajo por la frágil joroba de mi patio,
un perrito persigue a un tero tero que picotea aleteos
y una tortuga, enamorada de los rincones,
duerme su borrachera de encierro. Ya me llaman tus brazos,
candelabros de ternura que me elevan al cielo, corro y salto
hacia esa inmensidad de abrigados manantiales
hacia dentro vamos;
llega papá y se completa con mi hermano
la mesa diáfana de los días.
Comemos en la postal del pasado
un pastel en fuente, saboreamos
la inocencia de otra vida
y el murmullo de esa cena
es una estrella que aún luce en su lejanía.

Madre, vuelvo a encontrarte en la casa del recuerdo,
de visita hacia aquella esquina de la vida.




Revelaciones



Cada palabra
multiplica el sentido de las cosas,
inventa realidades, violenta el alfabeto
de los lugares comunes, de las razones
obvias del misterio. Cada palabra
agita los errores que se pudren de silencio,
cada una, a su manera, edifica una promesa,
organiza un fracaso o victoriosa
grita en lo alto la redención del hombre.
Cada palabra
gobierna en secreto nuestros sueños
y carcome con su ácido noble
a cualquier osamenta que brille sobre el mundo.

Apenas somos un glosario,
un conjunto trémulo de definiciones,
objetos
para ser nombrados.



Poemas pertenecientes a Las florecillas del diablo (Cartografías, 2009)




Marcelo Fagiano nació en Río Cuarto (Córdoba) en 1959. Fue integrante y fundador del Grupo de Poesía Callejera Poetas del Aire (1991-2002). Publicó 50 Poemas rotos tirados en la calle (1992); Las manzanas de la libertad. Primer Premio Publicación editorial de la Municipalidad de Córdoba (Teatro 1993); Jeroglíficos en la arena (Poesía, 1997); Poemas de Humo (Poesía, 2001), y participado de las siguientes antologías: 15 Cuentos de autores Cordobeses (1993); Antología de Cuentos II, Biblioteca Página 12 Córdoba (1993); De lo fantástico a la ficción científica (Cuento, 1994); Cuentos Breves (1995), Antología del Empedrado II (Poesía, 1997) y Premio Publicación de Poesía. Editorial de la Municipalidad de Córdoba (1997). Ha obtenido premios y menciones en concursos nacionales y provinciales de poesía dramaturgia y narrativa. En este último género ha obtenido un Primer Premio Internacional (México).

jueves, 12 de junio de 2014

Jorge Curinao - morir es cubrirse de nieve





- ¿Y por qué lloras tanto? - preguntó él.

-¿Y por qué me lo preguntas? - contestó ella.

- No sé - dijo él - será porque preguntar es una forma

de estar ausente.

- Lloro para no preguntar - dijo ella.



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 Todos los días pido

tener las fuerzas que no tengo



Un hombre poco sensible

puede despertar con una flor en la boca.



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Mi niño llorar al caer la noche

y yo acuno su canción



de pronto

cierra sus ojos

y vuelve al sueño



y allí me quedo

en su canción

pues yo también soy un niño

que llorar al caer la noche.


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No poder salir

porque en el lugar del corazón

ahora hay un cactus.


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Si los días se repiten siempre igual

habrá que hacer un pacto con la vida

dar vuelta el cubrecama

y hablar con el niño que viaja detrás.


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Cuídate

de las miradas charlatanas que no saben preguntar

Cuídame

de los charlatanes que no saben mirar.


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Morir

es cubrirse de nieve







Jorge Curinao nació el 3 de mayo de 1979 en Río Gallegos, pcia de Santa Cruz. En el año 2006, su obra Sábanas de viento (poesía) fue elegida entre 16 trabajos para ser publicada en la selección Mi primer libro, organizada por la Municipalidad de Río gallegos.
En 2007 representó a la provincia de Santa Cruz en la XXXIII edición de la Feria Internacional del Libro en Buenos Aires.
En 2009 publicó Plegarias del humo y en 2010, Cactus. Ha sido incluído enPeces del desierto, plaqueta literaria que reúne a artistas y poetas de la Patagonia Argentina.








jueves, 8 de mayo de 2014

Jotaele Andrade - el oro de aquello que se fuga


 
 
Dormiré en una lengua que me desconoce

 dedicado a M. J. F

 
me dormiré contigo

en el olvidado color de tu ojo

 

en tu manera de mover los hombros

como si te costara

atravesar el aire

 

dormiré con las manos

atadas

para no traerte quién sabe de qué mundo

o qué planeta

 

no existe el sueño

 

existen melodías

y el pez

 

existe la magnolia

y la obstinada ternura de las cosas

 

existe uno

a medias

en sí mismo

 

pequeña

 

apenas puedo sostener mi vida en el asedio de tanta milagrura

en la lentitud del caracol

en el gorjeo dominical de las palomas

en el hueco desdentado de la angustia

 

contigo no funcionan las magias

 

no existe la magia

 

existe el crudo olor de la belleza

 

y el zumbido y el miedo

 

la muerte

la vida

y el misterio de ambas

esa joya encerrada en la mano del verdugo

 

me dormiré contigo

en el color olvidado de tu ojo

 

hasta cantar en un lengua que ya no comprendo

y que se dice en mí

en el gemido de un tallo que se quiebra

 

 


 

       La ganancia de un hombre

 

he ganado conmigo

la reliquia dudosa

del estremecimiento de la mano rozando el oro de aquello

que se fuga

 

y he perdido conmigo la majestuosa corona de la espuma

arriba de la ola

la algarabía del bosque y el estruendo de la gota al estrellarse

 

pocas cosas gana un hombre

acaso su polvo

pero ya se ha desvanecido para entonces

 

ni siquiera la materia en que su historia se escribe

 

pero tú no saldrás de mi amor

hasta que el día reviente su caballo

 

 

 

 

 En toda catástrofe hay un milagro

 

mientras cepillaba mis últimos dientes

y muelas

 

la podredumbre de las caries y de los besos muertos

y las palabras

de amor que no diré nunca

y las otras

enraizadas a lo indecible

 

y la noche afuera era un niño

frío

y caído entre las cosas

 

un cabello sobresalía

colgado de otro cabello

 

es lenta la calvicie

me dije

 

y lento

irse cayendo

entre muelas

cabellos

fatigas

cotidianidades

 

tomé la hebra

frágil

quebradiza

 

qué modo de irse despojando

de uno

pensé

 

mientras lo dejaba caer sobre la blancura del lavabo

 

fue bajando con una velocidad

asombrosa

hacia el mármol

 

una hebra negra y curvada sobre sí misma

cayendo verticalmente

una parte de mí yéndose a estrellar

 

cayendo

como un bólido

hacia un blanco estruendoso

 

y deteniéndose

de un modo abrupto

a unos milímetros del lavabo

 

podría referir

las conjeturas

la búsqueda de razones para semejante espectáculo

 

pero mi corazón gozaba

de ver

aquel cabello

flotando

como si hilos invisibles

lo sostuvieran

 

oh misterio

oh dicha de estos oscuros sucesos

 

para que el poeta diga que en toda catástrofe hay un milagro

 

 

 

 
Se parece al amor

                                      a Analía Marchesano

 

la bombilla de luz

hace semanas que se apaga y se enciende

 

o titila

y el baño

amenaza

constantemente

con ser un territorio

en sombras

 

da cierto resquemor

que el mundo

y uno mismo

pueda

de ese modo

quedar

a oscuras

 

desaparecer

 

no es muy diferente de estar vivo

 

de todos modos la bombilla

luego que parpadea

da una luz más brillante

más intensa

 

entonces digo que se parece al amor

 
 
 
 
Jotaele Andrade. Nació en La Plata en 1974.
Vive en la ciudad de Azul.

Bebe.

Le editaron dos libros. También le editaron un libro de
bolsillo. También una edición cartonera en España.

Bebe.

Escribe porque no se dedicó a ser fontanero.
No tiene máximas favoritas.

No tiene.

A veces bebe.

 

domingo, 20 de abril de 2014

Pablo Albornoz, el ángel que se entristece entre las piedras






Alguien murió y su sombra
se queda con mi único pensamiento.
Mañana cuando mis bronquios funcionen
voy a escribir sobre el ángel
que se entristece entre las piedras.
Mañana cuando vuelva el aire.

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Deambulando en la oscuridad
más allá de las lápidas
nutriéndome de lágrimas
como los muertos.

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Yo me sentí como un animal
 frente a un plato caliente y vacío
yo me sentí solo frente a un pueblo
oscuro
y le entregué mi alma y mi apetito.

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Soñé la inundación
el agite de las moscas
un comenzar de nuevo
entre sepulcros y páginas vacías.




                                                    




Pablo Albornoz Nació en Magdalena, Pcia de Bs As
 el 14 de Junio de 1978.
Publicó en poesía: Restos de fe (ediciones de La Eterna).

martes, 15 de abril de 2014

Christian Hertel - El fuego repartirá los nombres




CICLOS


absurdo corregir
la muerte natural
del poema

absurdo sobrevolar las hojas
como cuervos del sueño

mejor sentarme con ellos
mejor hacer una ronda

tarde o temprano
el fuego repartirá los nombres.




* * *




VEREDA UNIVERSAL


dos nudos a la bolsa

la cabeza inclinada
como fumando

el hombre
deja la basura en el cuerno
de un árbol

cumple su porción de vida
sin novedades.




* * *





TODO ES ESTA MARCHA


ahora que pude sitiar
las esquinas de mi espalda

ahora que pude decirte
porqué me siguen muriendo las alas

subo paralelo de vos
para que hablemos de las cosas
del verano
de los precios

ahora
que los imaginados cortan madreflores
y juegan a los hijos
junto a la cocina.




Christian Hertel
Nació en Córdoba en marzo de 1983; en 2012 asistió al taller literario dictado por Hernán Jaeggi en la Biblioteca Córdoba.
Actualmente prepara su primer libro de poemas.